De Nabokov, Neruda y otros locos que cantaban a las niñas

"Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Mi pecado, mi alma. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un trayecto en tres etapas a través del paladar e impacta, en el tercero, en los dientes. Lo. Li. Ta.

Era Lo, Lo a secas, de mañana, con su metro cincuenta y una sola media. Era Lola en pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores sobre la línea punteada. Pero en mis brazos, era siempre Lolita"

"¿Si tuvo una precursora? Sí, sí que la tuvo." De hecho quien no tuvo un amor de la infancia que a veces se queda grabado con fuego, muchas amigas me han contado que estaban enamoradas de su profesor, otro que estaba loquito por su primo, a veces conoces esa niña especial en secundaria, yo conoci a Daniela la niña que me conquisto en un subito giro de Magia.

Pedofilos y Poetas tenemos algo en comun , una tremenda añoranza, pues veo morir el polvo de hadas que brota de mi niña y que ya no me hace volar ahora que ha crecido , aun cuando la sigo queriendo.

El poeta en cambio la metamorfosea, deja volar a la niña real hacia la adultez sin ningun remordimiento se queda solo, impregnado con su esencia , para luego reproducirla y trasportarla a su mundo a salvo de los años, la niña en el papel, la que no envejece, que sera amada por generaciones y generaciones de Humberts venideros.

Niña morena y ágil, el sol que hace las frutas,

el que cuaja los trigos, el que tuerce las algas,

hizo tu cuerpo alegre, tus luminosos ojos

y tu boca que tiene la sonrisa del agua.

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Un sol negro y ansioso se te arrolla en las hebras

de la negra melena, cuando estiras los brazos.

Tú juegas con el sol como con un estero

y él te deja en los ojos dos oscuros remansos.

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Niña morena y ágil, nada hacia ti me acerca.

Todo de ti me aleja, como del mediodía.

Eres la delirante juventud de la abeja,

la embriaguez de la ola, la fuerza de la espiga.

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Mi corazón sombrío te busca, sin embargo,

y amo tu cuerpo alegre, tu voz suelta y delgada.

Mariposa morena dulce y definitiva como el trigal

y el sol, la amapola y el agua.

Poema de Pablo Neruda

o esta otra de Carlos Roulet

A la niña, que algun dia conocí

Recuerdo cuando te conoci,
recuerdo mis ilusiones
y el beso que nunca te di...

Recuerdo que fuiste mia,
como si estubieras aqui,
como si pudiera abrasarte
y tu tambien a mi...

Sigo siendo el mismo
a pesar de tanto dolor,
a pesar de que sin verte
me apodere de tu amor...

Y digo pues que fue asi,
pues te ame y se me amaste
en un momento, aunque
hoy me estes diciendo adios...

Aun asi lejos estes,
te he de llevar en un suspiro,
en una lagrima y en cada dia vivido...

No se si regresaré
o volveré tras mi pasado,
no es facil decidir,
si se que aunque yo quiera,
no estaré nunca a tu lado...

Si tan solo un jazmin
te recordara que yo vivo ,
que aunque tu no estes aqui,
sera por ti que yo existo...

Si tubieras una lagrima
para mi y no para el olvido,
me harias tan feliz, encenderias
en mi alma un cálido suspiro...

Seria como esperar a que
con el paso de el tiempo,
en vez de olvidarme te arrastrara
la marea hasta mi lejano puerto.

De ser asi yo esperaría
ansiosamente y guardaria
tu recuerdo en mi memoria
como ayer, celosamente...

- Juan Carlos Roulet -